Las estrategias de branding buscan algo tan simple como conseguir que una marca conecte con su público. Lograr crear un vínculo de fidelidad, que el cliente se sienta algo más que un simple comprador, entrando en juego las emociones. No es fácil lograr que un usuario retenga una marca ante la gran avalancha que ‘sufre’ a diario, pero vale la pena intentarlo. El branding consiste en construir nuestra marca de manera que sus valores e ideales sean claramente diferenciables con respecto al resto, en especial, con respecto a la competencia. Más que un producto o servicio, el enfoque es el de vender una experiencia, una forma de vida que el usuario comparte.

ÍNDICE DEL ARTÍCULO

  1. La definición de la marca
  2. ¿Cómo llevar a cabo la estrategia de branding?
  3. El branding en internet

Vitalidad, buen rollo, seriedad, calidad, exclusividad… Desde el momento en el que comenzamos a diseñar nuestra marca tenemos que tener claro qué queremos transmitir para lograr fidelizar a nuestros clientes y crear una relación estable. Partiendo de esa base, comienza la estrategia para desarrollarla.

Es primordial estudiar qué precio o precios vamos a tener

Es primordial estudiar qué precio o precios vamos a tener

El objetivo primordial es que al final, nuestra marca esté valorada positivamente por el público y sea la primera opción de muchos en nuestro mercado particular. Por ello, el primer paso es realizar un estudio de mercado del que extraeremos a quién nos queremos dirigir. Hay que conocer casi a la perfección a nuestros posibles clientes: sus gustos, sus comportamientos, sus patrones de compra, cómo se relacionan con la sociedad… Y por supuesto, es primordial estudiar qué precio o precios vamos a tener. Dependiendo de la decisión, nuestra marca será percibida de una forma u otra.

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La definición de la marca

Nunca se sabe a dónde puede llegar nuestra marca y es absurdo autolimitarnos.

Nunca se sabe a dónde puede llegar nuestra marca y es absurdo autolimitarnos.

El nombre definirá a nuestra marca para siempre y es uno de los puntos de partida para la estrategia de branding. Como cabe esperar, debe ser fácil de recordar y atractivo. A poder ser, corto, fácil de pronunciar y escribir, y original. Si es fácilmente traducible a otros idiomas, mejor que mejor. Nunca se sabe a dónde puede llegar nuestra marca y es absurdo autolimitarnos.

El logotipo parte de la misma base que el nombre. Hay que conseguir que se quede en el imaginario de los usuarios, y para ello debe ser llamativo y original, sin perder la esencia de la marca. Dependiendo de lo que queramos transmitir, ya sea una imagen seria o una más vivaz, decidiremos utilizar colores o no, recurrir a un texto, una letra o un icono.

Los colores también influyen en la construcción de la marca. Desde tonos más pasionales a otros más fríos, unos más elegantes y otros más extravagantes. La relación de afecto con el cliente y las emociones que despierta nuestra marca en él parten, en gran parte, de este punto. El eslogan es el último punto básico para terminar de completar la percepción de la marca. Una frase pegadiza, con impacto y que mantenga los valores anteriormente elegidos.

¿Cómo llevar a cabo la estrategia de branding?

Para llegar al público, conviene establecer también una estrategia de comunicación acorde con los valores de la marca

Para llegar al público, conviene establecer también una estrategia de comunicación acorde con los valores de la marca

Una vez definida la marca, comienza la ‘batalla’ por la diferenciación. La competencia es voraz y lograr romper con la monotonía y destacar en el mercado es el gran sueño de todas. Los ideales deben de estar claramente definidos, pero también hay que cumplirlos. Si la marca promete seriedad y elegancia, la forma de actuar debe de ser acorde a estas premisas. Cumpliendo con esto, logrará diferenciarse del resto y tener una percepción positiva.

Para llegar al público, conviene establecer también una estrategia de comunicación acorde con los valores de la marca. Hay que definir cómo nos vamos a dirigir a los usuarios, tanto a través del marketing, la publicidad o las notas de prensa. El lenguaje a usar y los mensajes que queremos transmitir tienen que estar claramente definidos y respetados. Las redes sociales juegan un papel primordial a la hora de establecer lazos directos con los clientes. Por supuesto, nuestra marca debe ser sincera y honesta. El cliente debe recibir aquello que se le transmite a través de la estrategia de branding. De lo contrario, podemos enfrentarnos a una crisis de reputación, a un boicot o incluso a una campaña de desprestigio. Mejor prevenir que curar.

A la hora de una posible expansión, lo primero es entender si resulta factible o no posicionar nuestra marca en el extranjero. Los intereses locales marcan el éxito de la marca, por lo que hay que estudiar el entorno, la cultura, las traducciones… Todo influye. Quizás incluso sea más rentable en algunos países utilizar una marca nueva, con una estrategia de branding diferente a la del territorio original.

Otra opción es llevar a cabo una estrategia de cobranding, es decir, unirse a otra marca para potenciar conjuntamente el valor de ambas. La idea es que las dos salgan ganando, por lo que deben transmitir y compartir sensaciones y emociones. Por último, nuestra marca debe lograr mantenerse con el paso del tiempo y evitar ser olvidada como una moda pasajera. Tras conseguir posicionarnos, hay que luchar por mantener nuestro lugar en el mercado mejorando continuamente, innovando y manteniendo la originalidad. Adaptándonos a los tiempos.

El branding en internet

Dependiendo de la imagen de marca que queramos transmitir, podemos elegir cuáles redes sociales son más favorables

Dependiendo de la imagen de marca que queramos transmitir, podemos elegir cuáles redes sociales son más favorables

A día de hoy es vital que nuestra marca tenga presencia en línea, y más en cuanto a estrategias de branding. No disponer de página web o de redes sociales puede hacer que nuestro negocio directamente sea inexistente para gran parte de la población que ya es nativa digital.

El portal web, al igual que el nombre, el logotipo, los colores y el eslogan antes vistos, debe de cumplir a rajatabla con lo que queremos transmitir. También es importante lograr que sea diferente a los sitios de la competencia.

Las redes sociales ayudan a potenciar la estrategia de comunicación de la empresa antes vista, aunque de manera mucho más evidente, ya que el contacto con el público es inmediato y directo. No es necesario tener presencia en todas las redes sociales, aunque evidentemente ayuda. Dependiendo de la imagen de marca que queramos transmitir, podemos elegir cuáles nos son más favorables. También conviene saber qué uso que se les da a cada una de ellas. Un mensaje útil en YouTube puede no serlo en Twitter o en Facebook. Conviene dominar el medio para adaptarnos a cada uno.

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