El marketing se ha convertido en un instrumento imprescindible para cualquier negocio, independientemente de su sector. No se trata únicamente de “saber vender” o de “dar a conocer un producto” pues se trata, en esencia, de un juego de percepción entre emociones, confianza y expectativas. Entonces, siguiendo esta regla, no ganará la empresa con el mejor producto o servicio, sino aquella que mejor sabe jugar sus cartas.
Hablando de cartas, es en este punto donde entra en juego el bluffing, -o farol en español-, un concepto extraído originalmente del póker. Este concepto se refiere a “hacer una ilusión estratégica para influir en la toma de decisiones del consumidor”. Y te preguntarás, ¿qué relación tiene con el marketing? Muchas estrategias de marketing se asemejan a las de una partida de póker, donde la habilidad para entender y leer la mente del oponente puede marcar la diferencia.
El bluffing es una táctica presente tanto en el entretenimiento como en el ámbito empresarial, utilizada para influir en la toma de decisiones de otra persona, ya sea este un jugador o un cliente. En el póker, plataformas como Askgamblers.com permiten experimentar en primera persona la importancia de esta estrategia, una de las claves principales para el éxito; no siempre gana quien más sabe, sino quien sabe jugar mejor sus cartas.
Muchas empresas dedican gran parte de su tiempo e inversión a llevar a cabo campañas audaces, logrando resultados extraordinarios. No obstante, son muchas las que, aun siguiendo el mismo proceso, acaban por perderlo todo. Toda elección tiene sus consecuencias, entonces, tanto en marketing como en el póker, es tan importante saber elegir cuándo arriesgarlo todo, cómo también cuándo retirarse a tiempo. En este artículo vamos a hacer un pequeño recorrido sobre algunos de los factores principales que determinarán el éxito o el fracaso mediante el uso del bluffing en marketing.
Cuándo arriesgarse en marketing; apuestas que se convierten en jugadas maestras
Índice de contenidos
- Cuándo arriesgarse en marketing; apuestas que se convierten en jugadas maestras
- Lanzamientos con grandes expectativas; el hype como gran aliado.
- Creación de campañas disruptivas; ¿provocar o conectar?
- Convertir lo común en lujo; la exclusividad como toque final
- Cuándo retirarse a tiempo; un bluffing mal calculado
- No prometas si no puedes cumplir
- Asegúrate de lanzar el mensaje correcto
Como en cualquier ámbito, las grandes apuestas pueden llevar a grandes recompensas. Pero, ¿funciona de la misma manera en el mundo del marketing? La respuesta es muy fácil; sí, siempre y cuando se ejecuten con una estrategia de base. Estos son algunos de los casos principales en los que apostar alto tiene sentido:
Lanzamientos con grandes expectativas; el hype como gran aliado.
Son muchas las marcas que han convertido el bluffing en un arte, Tesla es un gran ejemplo de ellas. Sus campañas van mucho más allá de un simple anuncio de coche; generan expectativas altísimas, logrando que miles de personas sientan la necesidad de tener uno de sus vehículos incluso antes de entrar en producción.
¿El truco? Contar con una narrativa envolvente, llamativa, y conseguir que tu audiencia sienta que, si no lo adquiere, se está perdiendo algo increíble.
Creación de campañas disruptivas; ¿provocar o conectar?
¿Qué pasó cuando Nike apostó por contar con Kaepernick como protagonista de una de sus campañas? Se generó una polémica al pensar que la marca estaba arriesgando demasiado y que dicha elección podía traerles fuertes consecuencias. ¿Las tuvieron? Sí, las ventas se dispararon un 31% en tan solo una semana.
Entonces, apostar por ir a contracorriente no siempre es una mala alternativa si se tiene a la audiencia correcta.
Convertir lo común en lujo; la exclusividad como toque final
Entender el cerebro y los estímulos de los consumidores es un tema complejo, pero sí se puede decir que un producto etiquetado como “lujoso” suele destacar en la mente del consumidor.
Son muchas las marcas de lujo que juegan con el bluffing constantemente en sus productos y/o servicios. Por ejemplo Supreme, que lanza productos en cantidades limitadas con el objetivo de crear una sensación de escasez y oportunidades únicas. Apple es otra de ellas, usa la estrategia de “stock limitado” en sus dispositivos, generando un disparo en sus ventas entre sus clientes fieles.
Cuándo retirarse a tiempo; un bluffing mal calculado
Como se ha dicho al inicio del artículo, no todas las apuestas funcionan por igual ni tienen los mismos resultados estimados. Hablar es fácil, prometer no tanto. Es por esto que muchos faroles en marketing han conllevado a crisis de reputación en la marca, pero aquí te vamos a dar algunos puntos para evitar caer en ella.
No prometas si no puedes cumplir
Se tiene que evitar caer en la trampa de “prometer más de lo que podemos ofrecer”, separando claramente la percepción o idea que tenemos de la realidad con la que contamos. Se debe ser capaz de captar la atención del público, pero si la experiencia del consumidor no está a la altura de las expectativas creadas, el resultado puede afectar negativamente en la confianza.
Asegúrate de lanzar el mensaje correcto
A veces se tiene una idea muy clara, pero la interpretación y ejecución no van de acuerdo con los valores de la marca. ¿Conclusión? Se lanza un mensaje oportunista y superficial. Esto lo podemos ver en una de las campañas que lanzó Pepsi, apostando por una campaña “inclusiva”, protagonizada por Kendall Jenner. Dos elementos que, objetivamente, no encajan y no representan ni transmiten la esencia de la marca, convirtiéndose en poco auténtica.
El éxito del bluffing en el marketing no se limita a realizar promesas únicas, sino a conseguir una imagen convincente y atractiva para el consumidor. Para ello, numerosas marcas fusionan estrategias convincentes con tácticas eficaces de atracción, consiguiendo, así, atraer la atención del público sin poner en riesgo su reputación.